Regalo para El Niño

¿Por qué acarrear toda la vida sentimientos de culpabilidad, de envidia, de venganza?

Publicado por BalvikasIndia Diciembre 23, 2015

La organización de un internado con más de 300 niños requiere la cooperación democrática de los internos. Cada tres meses ellos eligen a un "Capitán" cuya responsabilidad es que siga con fidelidad el orden establecido: hora de levantarse, de estudio, de clase, de recreo, etc… etc…

Cuando me enteré que en noviembre habían elegido a Rahúl, me alegré. El pobre muchacho había perdido a su padre al poco de nacer, a su madre dos años después, y la tía que lo cuidaba se cansó años más tarde y lo encomendó a las monjas de la Madre Teresa de Calcuta que nos lo trajeron aquí el año pasado. Rahúl es alto, bastante oscuro de piel, algo tristón y muy buena persona.

Me vino al día siguiente con un problema práctico: Rahúl no tenía reloj y necesitaba uno para ejecutar sus deberes como "capitán". Fácil solución: me lo llevé a una tienda que conozco y le dije al relojero que le enseñara al muchacho relojes rondando las 800 rupias para que escogiera él, el que quisiera… Rahúl se tomó su tiempo, puso a prueba la paciencia del relojero que no es poca y por fin escogió uno de 799 rupias que a mí me pareció horrible con unas correas verdes luminosas, pero que a él le gustaba.

Rahúl ha sido un capitán responsable, eficiente, aceptado por sus compañeros… y además feliz con su flamante reloj… hasta que un día, ¡ay qué pena!, alguien se lo robó. Rahúl quedó desolado y a mí me dolió mucho que algún compañero fuera tan mezquino como para hacer una cosa así.

El 21 de diciembre que era domingo, me toco a mi decir la Misa y como los críos acababan de montar un gran Belén junto a la Iglesia, se me ocurrió decirles que la Navidad es una gran ocasión para ofrecerle a Dios no solo oro y cosas valiosas… sino también todo aquello que nos pesa y nos hunde, nuestros pecados, nuestras pequeñeces… ¿por qué acarrear toda la vida sentimientos de culpabilidad, de envidia, de venganza? Dios nos quiere liberar de todo eso y lo acepta gustoso en ese portal de Belén, abierto a los cuatro vientos, dónde son bienvenidos Reyes, pastores, santos y pecadores…

Es posible que muchos se aburrieran o bostezaran ante tan piadosas consideraciones… pero hubo uno que no se aburrió.

Esa noche me informaron que en el gran Belén montado en el jardín junto a la Iglesia, ¡alguien había puesto un reloj fluorescente junto a la cuna del Niño!

Nunca sabré quien fue el ladrón arrepentido – y prefiero no saberlo – pero me alegro por él, y por Rahúl ¡que sigue ufano luciendo ese horrible reloj de correas verdes fluorescentes!

Si tenéis algo que "descargar" en la cueva de Belén… ¡¡no perdáis la oportunidad!!
Feliz Navidad

Joaquín Castiella Rodríguez S.J.
Catholic Church
Ankleshwar Gujarat India