UN BUEN SAMARITANO

Sobre el Padre Luis María Moreta Centenera.

Publicado por BalvikasIndia Diciembre 05, 2016

Con ese titular un periódico de Anand en 1996, publicó un reportaje sobre el Padre Luis María Moreta Centenera.

El Padre Moreta era entonces Párroco de la Misión de Karamsad, pueblo junto al que hay un famoso Templo de la secta Swaminarayan. Ese templo recibe generosos donativos de sus muchos devotos que lo visitan a diario…pero también despertó la codicia de un ladrón que lo quiso visitar de noche…con tan mala suerte que lo cogieron “in fraganti”… Los empleados del Templo le dieron una soberana paliza y lo echaron a una acequia para que muriera allí.

Una mujer que por allí pasó y vio que el hombre todavía estaba vivo, fue a la Misión y avisó al Padre Moreta. Éste vino enseguida en un jeep. El ladrón tenía las piernas rotas, sangraba por la boca, se había hecho sus necesidades encima…y apestaba. Moreta lo levantó en sus brazos, lo metió en el jeep y lo llevó al hospital. Sólo verle, y olerle, rehusaron admitirle, con lo que Moreta se lo llevó a la Misión. Con ayuda de unos chicos mayores lo lavaron, adecentaron y Moreta lo volvió a llevar al hospital donde lo admitieron, escayolaron y le dieron de alta a los tres días.

Este buen ladrón, arrepentido, una vez curado fue admitido en un centro de la Madre Teresa en Vadodara dónde sirvió de jardinero hasta el fin de sus días.

En 1999 el Padre Moreta volvió a Ankleshwar, la Misión que él había fundado y en la que durante 17 años visitó y trabajo en más de cien pueblos, educó a cientos de niños, dio de comer al hambriento, amenizó todas las reuniones con su inseparable acordeón…y se hizo famoso en todo el sur del Gujarat por su desbordante y generosa hospitalidad.

Como Asistente del Director de nuestra Escuela Técnica de Ankleshwar, el Padre Moreta, a pesar de sus ochenta y pico años, se hizo útil dando clases de inglés, cultivando hortalizas, ayudando en la Parroquia siempre que se le pedía y limpiando concienzudamente con ácido y cepillos los retretes de los estudiantes todos los lunes por la tarde. Los martes por la mañana siempre había cola para usar los retretes…

Cuando celebró sus bodas Sacerdotales en el 2010, en una función en la que estaban presentes todos los estudiantes de FP –la mayoría no Cristianos- me maravilló ver cómo uno tras otro vinieron al micrófono a dar testimonio del impacto que el Padre Moreta había tenido en sus vidas. “Nunca habíamos conocido el Cristianismo de cerca”, decían, pero “viendo al Padre Moreta admiramos la fe que hace a una persona tan buena y servicial”…

El Padre Moreta gozó de buena salud hasta el final de sus días, siempre dispuesto a ayudar, a hacerse útil y a participar en cualquier reunión o celebración dondequiera que fuera. “¿Llevo la acordeón?”, solía preguntar humildemente…

Una corta enfermedad, un ictus seguido de fallo cardíaco, puso fin a su larga vida de servicio y alegría. Era el 27 de septiembre de 2015.

Las Navidades del 2015 fueron algo tristes por su ausencia…porque en cada pueblo los críos, inocentes, preguntaban “¿No ha vebido el Padre Moreta…?, ¿cuándo vendrá el Padre Moreta con sus juguetes, sus caretas y su acordeón…?”

La vida sigue…le recordamos muy a menudo…pero ahora su recuerdo nos llena de paz y alegría pues sabemos que Luis María Moreta Centenera se alegra en el Cielo a dónde ha llegado siguiendo las huellas de Cristo en la tierra.

Comenzando en Belén…sigamos las huellas del que pasó por este mundo haciendo el bien…yo no conozco un camino más seguro para la felicidad eterna.

¡Un fuerte abrazo!

Joaquín.