Como ocurre en diferentes culturas en la India también hay costumbres
y normas en cada familia para poner nombre a los recién nacidos...
Un escritor Inglés dice que “Una Rosa es una Rosa... la llames como la llames...” De acuerdo. Pero cuando a un niño Indio le ponen de nombre “Mela” (=”Marrano”en Gujarati)... eso ya no tiene tanta gracia....
Al menos eso pensaba la madre de un alumno de VI de Primaria llamado “Mela” –Marrano- El pobre chico cuando pasaban lista en la clase contestaba tímidamente al nombre de “Mela”... y naturalmente siempre se oían risitas en la sala....
Un Domingo la madre de ese muchacho se acercó a mí discretamente y me pidió ayuda para poder cambiar oficialmente el nombre de su hijo. La buena mujer me contó que el padre de su marido, el abuelo paterno del niño, era el que se había empeñado en ponerle ese nombre al pobre crío debido a la superstición vigente entre aborígenes de que un nombre tan desagradable ahuyentaría del muchacho los malos espíritus....
Pero lo que más me llamó la atención fue cuando la mujer me dijo por lo bajito, como si me contara un secreto: “Yo nunca le llamo a mi hijo por ese nombre....”
-Entonces... por qué nombre le llamas....?
Todavía más bajito, como si me revelara un secreto de confesión ella me dijo dulcemente: “Yo siempre le llamo “Pannav” = Príncipe”.
La verdad es que la dulzura y buen corazón de esa madre me conmovió y aunque sé lo difícil, complicado y caro que es cambiar un nombre legal y oficialmente... le prometí a la buena mujer que lo intentaría. Ese mismo día con la ayuda del director del colegio y consultando a un abogado comenzamos el largo proceso de cambiar oficialmente el nombre de ese muchacho: visitas al registro civil del distrito al que pertenece su pueblo, varios afidávits, algo de “azafrán” para incentivar a los funcionarios que normalmente prefieren complicar las cosas en lugar de encontrar soluciones... y tras varios meses de espera... por fin conseguimos que mi buen amigo “Pannav” ya no se avergüence cuando se pronuncia su nombre en público y confío que su buena madre continúe llamándole así siempre que quiera sin necesidad de bajar la voz....
Cuando se acerca la celebración del nacimiento de Aquel a quien Isaías llamó “Emanuel” –Dios con nosotros- y su madre le puso el nombre de JESUS – Salvador-, recordemos que sea el que sea el nombre que nos impusieron... para cada uno de nosotros Dios siempre tendrá un nombre especial (Rev 2:17) que nos lo repetirá en voz baja en el secreto de nuestra alma ya que TODOS necesitamos creer y experimentar que de verdad Alguien nos ama...!!!
Feliz Navidad!!
Un escritor Inglés dice que “Una Rosa es una Rosa... la llames como la llames...” De acuerdo. Pero cuando a un niño Indio le ponen de nombre “Mela” (=”Marrano”en Gujarati)... eso ya no tiene tanta gracia....
Al menos eso pensaba la madre de un alumno de VI de Primaria llamado “Mela” –Marrano- El pobre chico cuando pasaban lista en la clase contestaba tímidamente al nombre de “Mela”... y naturalmente siempre se oían risitas en la sala....
Un Domingo la madre de ese muchacho se acercó a mí discretamente y me pidió ayuda para poder cambiar oficialmente el nombre de su hijo. La buena mujer me contó que el padre de su marido, el abuelo paterno del niño, era el que se había empeñado en ponerle ese nombre al pobre crío debido a la superstición vigente entre aborígenes de que un nombre tan desagradable ahuyentaría del muchacho los malos espíritus....
Pero lo que más me llamó la atención fue cuando la mujer me dijo por lo bajito, como si me contara un secreto: “Yo nunca le llamo a mi hijo por ese nombre....”
-Entonces... por qué nombre le llamas....?
Todavía más bajito, como si me revelara un secreto de confesión ella me dijo dulcemente: “Yo siempre le llamo “Pannav” = Príncipe”.
La verdad es que la dulzura y buen corazón de esa madre me conmovió y aunque sé lo difícil, complicado y caro que es cambiar un nombre legal y oficialmente... le prometí a la buena mujer que lo intentaría. Ese mismo día con la ayuda del director del colegio y consultando a un abogado comenzamos el largo proceso de cambiar oficialmente el nombre de ese muchacho: visitas al registro civil del distrito al que pertenece su pueblo, varios afidávits, algo de “azafrán” para incentivar a los funcionarios que normalmente prefieren complicar las cosas en lugar de encontrar soluciones... y tras varios meses de espera... por fin conseguimos que mi buen amigo “Pannav” ya no se avergüence cuando se pronuncia su nombre en público y confío que su buena madre continúe llamándole así siempre que quiera sin necesidad de bajar la voz....
Cuando se acerca la celebración del nacimiento de Aquel a quien Isaías llamó “Emanuel” –Dios con nosotros- y su madre le puso el nombre de JESUS – Salvador-, recordemos que sea el que sea el nombre que nos impusieron... para cada uno de nosotros Dios siempre tendrá un nombre especial (Rev 2:17) que nos lo repetirá en voz baja en el secreto de nuestra alma ya que TODOS necesitamos creer y experimentar que de verdad Alguien nos ama...!!!
Feliz Navidad!!